sábado, 22 de agosto de 2009

TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO, entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA a: MOUSSA AG ASSARID. 22-08-2009

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No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!

Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo

- ¡Qué turbante tan hermoso...!

- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo...

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.

- ¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad. ..!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...

- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

- Qué paz...

- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.
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A continuacion otra nota:

“Los tuaregs somos las mariposas azules del desierto”


El futuro de los niños tuaregs, más que imprevisible, es oscuro. Moussa Ag Assarid pensó que tendría que intervenir. Organizó la “Caravana del Corazón”, una caravana humanitaria de 6.800 kilómetros, a través de cinco países, para ayudar a las poblaciones tuaregs en Malí.
Por José-Christian Páez
Cuando Moussa Ag Assarid (Mali, 1975) publicó su libro En el desierto no hay atascos (2006, Editorial Sirpus), Gerard Klein (conocido actor francés, presentador y productor de documentales) y Hugues Aufray (conocido músico, compositor e intérprete) se interesaron por esta situación y apadrinaron la Caravana.

Las comunidades tuaregs del desierto de Mali han debido soportar un largo período de sequía. La falta de terreno cultivable y la escasez de agua están provocando desnutrición en los tuaregs y una elevada mortalidad en los animales. Los ancianos y los niños han sido las principales víctimas.

Por otra parte, la incomunicación de los campamentos de los tuaregs obstaculiza la presencia de atención médica porque se trata de largas extensiones. Ibrahim, el hermano de Moussa, va a buscar a los niños a los campamentos para llevarlos a la escuela-internado y luego regresa a buscarlos durante las vacaciones de Navidad y Pascua. Pero también lleva las provisiones para el comedor escolar una vez al mes.

Moussa tiene unos ojos grandes, como de asombro, y unas manos expresivas que parecen jugar y moldear el aire. La “Caravana del Corazón” que ya tiene su primera versión, es la caravana de su propio su corazón, la de un hombre sensible, pero no indiferente ante el mundo y los problemas que le rodean.

Moussa, por favor dime los versos que se te vienen a la cabeza o al corazón.
Mi abuelo decía que el conocimiento de cualquier cosa es mejor que la ignorancia.

¿Por qué son importantes los tuaregs?
Es un pueblo que conserva su cultura propia, su cultura de siempre. La guardamos como granitos de arena. Los nómadas vivimos con nuestra cultura y lo más importante es que la conservemos en nosotros mismos. Lo importante es la cultura.

¿Compartes experiencias con los dogones? ¿En qué se parecen y en qué se diferencian de los tuaregs?
Los dogon son agricultores y nosotros pastores. Trabajan los camellos, las cabras y vivimos de la leche de estos animales, de la carne, del arroz y del milo que cultivan los dogones. Intercambiamos la sal que traen las caravanas de la sal a cambio de milo.

¿Y Moussa al salir digamos vive en un espacio de cuántos kilómetros a la redonda?
Mi campamento camina unos cincuenta kilómetros a la semana. Y yo hago más de mil kilómetros a la semana en Europa.

¿Pero es siempre el mismo espacio o son distintos trayectos en un área geográfica específica?
No, no es el mismo espacio. Donde hay hierba para los animales es donde puedo trabajar, donde puedo transmitir el mensaje de las arenas.

¿Se podría afirmar entonces que las paredes de esta casa son las estrellas?
Absolutamente. Pienso que con la “Caravana del Corazón” es igual que con la caravana de la sal. La gente lleva sal, y yo a través de este proyecto que es la “Caravana del Corazón” voy a llevar personas, para que una vez en el desierto vean que hay otra vida posible.

¿Me puedo inscribir?
Está abierto a todos. Está en fase de preparación por eso hay abierta una cuenta bancaria y una web donde cuenta todo el proyecto de la “Caravana del Corazón”. Mi pueblo es un pueblo en vías de extinción, los tuaregs, no tenemos petróleo, no tenemos oro y por eso nadie quiere visitarnos.

Pero ni el petróleo ni el oro se comen... ¿Cómo podrían desaparecer los tuaregs?
Por eso queremos decir que tenemos una cultura que a lo mejor es más importante que el petróleo y el oro.

Completamente de acuerdo. ¿Y qué siente Moussa Ag Assarid cuando viene de este desierto y llega a una ciudad donde ese desierto casi infinito se reduce a un espacio pequeño, que es la casa, donde vivimos los occidentales?
Me parece que la gente aquí vive en latas de sardinas. Me parece que allí en el desierto somos como mariposas. Las mariposas azules del desierto.

¿Y por qué el título de este libro, En el desierto no hay atascos, qué quieres decir?
Pues que los problemas del atasco se producen por la acumulación de muchos bienes, de mucha tecnología que puede ser top, pero que no permite adelantar, no permite avanzar. Por ello propongo ir al desierto donde no hay nada, pero hay una de las cosas más importantes, que es uno mismo.
En las ciudades uno encuentra los atascos que son lo que uno puede conseguir y tener, en cambio en el desierto sólo es posible ser. Quiero añadir un granito de arena a la máquina del mundo occidental, quizás Occidente pueda darse cuenta que es probable que no ha elegido bien.

¿Y qué opinión tendría Moussa si un tuareg, no digo él, sino cualquier otro tuareg, cambiara su camello por un coche?
Prefiero que un tuareg viva en un coche que muera dejando a su camello porque está a punto de morir.

¿Pero podría ir un coche por el desierto?
Sí. Es lo que propongo con la “Caravana del Corazón”. Hay una cosa muy grave y es que en el desierto no quedan camellos. En la comunidad tuareg que vive cerca de Taboye, las mujeres no pueden ser llevadas al hospital de Gao que está a cien kilómetros de distancia. Un niño de cada dos muere cuando nace, por falta de transporte y de no haber llegado hasta el hospital. En todo caso con un vehículo se podría llevar a la gente hasta el hospital.

¿Y por qué no hay camellos?
Porque el desierto ha cambiado y se ha vuelto más y más caluroso. No queda agua, ni hierba, los animales mueren. La falta de agua del año ‘73, del ’84, ha matado a los camellos y a todos. Hemos pensado que es el momento de hacer algo. Entonces pienso que hay que enviar a los niños a la escuela, los enfermos al hospital y abrirse al resto del mundo para que vengan a verlo. Haciendo por ejemplo talleres de yoga en el desierto.

¿Y cómo pueden vivir los tuaregs sin agua?
Bueno, fabricando pozos.

¿Y cómo se fabrican los pozos?
Hoy en día como no hay camellos para hacerlo, hay que utilizar la fuerza de los coches en este caso.

¿Qué es lo que necesita Moussa para completar su proyecto de la “Caravana del Corazón”? ¿Qué le pediría a los que estamos acá?
Hoy en día necesito de tres coches todo terreno y de un camión. En estos coches y en el camión tendremos sobre todo material médico y material escolar. Y es lo que necesitamos básicamente para poder sobrevivir.

¿Quiere formular alguna pregunta que yo no haya realizado?
Has hecho las preguntas más importantes. Pero tengo que formularle dos preguntas que hizo una vez un anciano: ¿Tiene que desaparecer un pueblo para saber que existió? Y la segunda pregunta es, ¿el nomadismo resistirá a la tormenta de la globalización? Cada uno tiene que pensar esta pregunta. Y no se puede profundizar en esto sin el pueblo tuareg.
Caravana Corazon Itinerario a 267 345
La Caravana del Corazón es solidaridad con el sabor de la aventura. (Foto: TL)
CÓMO PARTICIPAR EN LA CARAVANA DEL CORAZÓN

Hay dos formas: inscribiéndose o realizando un aporte económico voluntario en las cuentas bancarias que se indican a continuación.

Más información
http://www.caravaneducoeur.com (está en francés y en castellano)

info@caravaneducoeur.com
Caravana Corazon Primera b
Los primeros expedicionarios de la Caravana. (Foto: TL)
En España

Editorial Sirpus
http://www.sirpus.com

c/Milanesado, 1, 1º 3º,
08017 Barcelona
España

Teléfono: 93-206-3772.
Fax: 93-252-0650
E-mail: pilar@sirpus.com

Extraido de:
http://www.facebook.com/home.php#/note.php?note_id=114148339420&ref=mf

Video de Epica. Dance of Fate. Danza del Destino. Subtitulado

Video de Epica. Dance of Fate. Danza del Destino. Subtitulado
"...El valioso tiempo de tu existencia esta por llegar ¡No desperdicies tu vida!... ¡No puedes evadir tu destino! Deberiamos abrir nuevas puertas, y cerrar aquellas que dejamos atras.;...;. Novas portas pandimus... et post nos occludimus..." Hace clik sobre la imagen para ver el video