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1 de febrero del 2003
Bolivia: Carta de Evo Morales al Tercer Foro Social Mundial de Porto Alegre
"Nosotros no queremos ser una colonia más"
Lamentablemente no podré estar con ustedes en este evento tan importante. En Bolivia, desde el 13 de enero, vivimos un estado de sitio de facto. Las carreteras han sido tomadas por 10.000 efectivos del ejército y la policía. Varias escuelas y postas sanitarias han sido convertidas en cuarteles. Cientos de compañeras y compañeros han sido detenidos, ultrajados y amenazados. Decenas han sido heridos y lo más lamentable: 9 compañeros han muerto por las balas del ejárcito, y otros 11 han muerto en un accidente provocado cuando intervinieron a la fuerza la marcha de los jubilados.
La guerra que tanto se anuncia ya se siente en este país de América Latina. Las Fuerzas Armadas del país se han transformado en un ejercito de ocupación al servicio de los intereses de las trasnacionales y la potencia del norte.
En las últimas elecciones en Bolivia la gente dijo basta. ¡Basta de este modelo neoliberal! Ahora nos movilizamos para cambiar este modelo y ellos nos responden con balas, con tanques, con muertos. Durante 5 meses hemos dialogado con el gobierno, hemos expuesto razones y argumentos y nada se ha conseguido. Por eso iniciamos los bloqueos de caminos y movilizaciones desde el 13 de enero. Porque queremos soluciones y no palabras No estamos pidiendo más de lo que nos corresponde. Lo que queremos es recuperar nuestro gas. Bolivia es el país con mayores reservas de gas natural en Sud América. Si este hidrocarburo no vuelve a sus verdaderos dueños seremos un país mendigo sentado sobre una silla de oro negro. Nosotros no queremos caridad, ni ayuda para el desarrollo. Lo que queremos es que nos devuelvan nuestro gas, nuestros recursos naturales, nuestro futuro.
Los aymaras, quechuas, guaraníes y los mas de treinta pueblos indígenas originarios que existen en mi país buscamos recuperar nuestro territorio. No queremos sentirnos extranjeros en nuestra propia tierra. No queremos ser tratados como ciudadanos de quinta categoría, exiliados en nuestro propio territorio. No queremos que se destruya nuestra cultura. Nuestra hoja de coca, símbolo de la comunidad y solidaridad en las culturas andinas, está siendo perseguida y satanizada como si fuera la causante de la drogadicción, cuando en la realidad los culpables de la drogadicción son los defensores de este sistema capitalista inhumano y decadente.
No nos dejemos engañar. Nosotros sabemos que la lucha contra las drogas no es más que un pretexto para militarizar nuestros territorios, para violar nuestra soberanía.
Los indígenas y campesinos queremos que no haya más latifundios en Bolivia. Que la tierra sea de los pueblos originarios y de quienes verdaderamente la necesitan. No queremos que un grupo de traficantes acaparadores conviertan la madre tierra, la "Pachamama", en una simple mercancía.
En Bolivia hemos derrotado el intento de aprobar una ley que privatizaba y mercantilizaba las aguas. Sin embargo, ahora, quieren imponer la exportación de aguas subterráneas de una región muy desértica del sudoeste de Bolivia para beneficio de las empresas transnacionales mineras instaladas en el norte Chileno. El agua es la sangre de la madre tierra. La defensa del agua es la defensa de la vida.
Nuestra lucha no es sólo por gas, tierra, coca y agua, sino también contra el ALCA. Nosotros estamos convencidos que si se aprueba el ALCA será muy difícil recuperar nuestras empresas y nuestros recursos naturales. El ALCA más que un proyecto de comercio, es un proyecto de neocolonización y anexión. Nosotros no queremos ser una colonia más. No queremos que el gran mercado del ALCA provoque el etnocidio de nuestros pueblos. Nosotros, queremos una integración solidaria, diversa, justa, una integración como la que se siente en el Foro Social Mundial.
Compañeras y compañeros, grandes titulares de prensa acompañan la trágica muerte de un compañero en las manifestaciones de Génova, pero cuando se trata de decenas de humildes bolivianos sólo reina el olvido. Tenemos que romper este cerco de silencio de los medios de comunicación internacional. Podemos hacerlo, si cada uno al retornar a su país empieza a organizar comités de solidaridad con Bolivia, si realizamos acciones frente a las embajadas de Bolivia, si protestamos frente a las sedes de las transnacionales piratas, si inundamos los medios de comunicación con pronunciamientos de todos los sectores.
Debemos construir un gran frente de lucha latinoamericano y mundial contra la deuda externa. Tenemos que luchar todos juntos para defender a Venezuela, Cuba y Palestina.
Compañeras y compañeros quiero pedirles que miren a su vecino de al lado. Verán que estoy allí en Porto Alegre. Porque Evo Morales no es más que un luchador como ustedes.
Compañeros y compañeras no es Evo Morales el que decide si se levantan o no los bloqueos de caminos en Bolivia. Son las bases, las comunidades que están en las carreteras. Porque sólo podemos forjar una unidad de hierro si las bases deciden, si los dirigentes aprendemos a escuchar y a respetar la decisión de las bases.
En el idioma aymara y quechua "jallalla" significa "viva". Por eso, me quiero despedir pidiéndoles que me ayuden a gritar un "viva", un "jallalla":
Jallalla el Foro Social Mundial de Porto Alegre
Jallalla los pueblos del mundo
Jallalla la lucha en Bolivia
Cochabamba, Bolivia, 27 de enero del 2003
Evo Morales